Chile; el fantasma de la dictadura y el fracaso del modelo neoliberal.
Por Fabián Villegas.
Decía el sociólogo ugandés Mahmood Mamdani que era una condición irremediable del capital inaugurar cada día nuevas formas de violencia y opresión, que en lo positivo y a futuro crearian involuntariamente nuevas semanticas de lucha y resistencia, nuevo/as actore/as sociales, nuevas disputas, nuevos recursos, nuevos lenguajes, nuevos imaginarios que terminarían por redefinir el campo y sentido de lo político.
El escenario convulso en la región, de Chile a Ecuador, de Haití a Honduras, de Puerto Rico a Brasil, de Argentina a Guatemala ha evidenciado la multiplicidad de las crisis y su carácter multifactorial. Concesiones territoriales, desplazamientos, modelos extractivos, desmantelamiento de la seguridad social, violencia de género, rampantes modelos de privatización, crisis de derechos humanos, crisis medioambientales, precarización laboral, sistemas escalonados de corrupción, agresiones imperiales, intervencionismo, tácticas y campañas de desestabilización, uso faccioso de los aparatos legislativos, derecho a la información, regímenes de impunidad, control monopólico de los medios de comunicación, libertad de expresión, criminalización de la protesta pública etc.
No hace más de 3 años que los tecnócratas chilenos se llenaban la boca de presidir al país como los mayores indicadores de desarrollo en la región, esos mismos que hacen abstracción de la economía de toda relación de poder, que simulan que el mercado opera sobre un vacío de fuerzas, que los paquetazos y ajustes estructurales actúan en medio de un vacío social.
Nunca estuvo de mas de hacerles el recordatorio que la estadística puede ser un oficio de cínicos, en la que ideologías más vulgares e intereses privados se disfrazan de discursos científicos.
La multiplicidad de crisis que están convulsionando a Chile son todo menos coyunturales, son crisis consecuencia de un entramado histórico de ajustes estructurales, políticas neoliberales y recetas del Banco Mundial y Fondo Monetario Internacional a las que ha sido sometido Chile al menos desde 1973 desde el inicio de la dictadura militar. Para decirlo a cabalidad Chile fue el primer ensayo de laboratorio privado de las políticas neoliberales a escala regional. Pionero en hacer de las consultorías de los Chicago Boys, políticas de Estado y razones de gobierno. Tal es el caso de la implementación del sistema de pensiones y jubilaciones privado y capitalización que empezó a introducirse como parte de las medidas liberalizadoras del golpe de estado de Pinochet. A la fecha uno de los sistemas de jubilación y pensión más agresivo y miserable, promovido por las Administradoras de Fondos de Pensiones por toda la región como un milagro liberalizador sumamente exportable.
Entre muchas de las cosas que este escenario ha puesto sobre la discusión pública, ha sido el fracaso ineludible del modelo económico, de las políticas neoliberales, y de los ajustes estructurales impuestos por el Banco Mundial y el FMI. Que no han hecho otra cosa que proteger y engordar el interés privado, sobreponer las leyes del mercado sobre los derechos humanos y la vida misma por cursi que se escuche, así como crear simulacros y abstracciones en los índices de crecimiento, desarrollo y estabilidad inflacionaria.
El verdadero costo de las políticas neoliberales ha sido el de la privatización de todo, educación, salud, sistema de jubilaciones y pensiones, transporte, y el desmantelamiento de toda la seguridad social, derechos laborales, conquistas sociales y políticas históricas.
Bajo qué nivel de inmoralidad política se puede presumir del nivel acelerado de “crecimiento”, ocupando el primer lugar en el ranking desigualdad. O en un país donde el 1% de las personas con mayores ingresos concentra el 33% de los ingresos totales.
El fantasma de la dictadura y el fascismo social ha nuevamente despertado, con la misma virulencia con la que se construyo hace 46 años, la narrativa del “enemigo interno” el gobierno de Sebastián Piñera le ha declarado la guerra a su población, siendo responsable el y sus “Carabineros” de quitarle la vida a 20 personas, herir gravemente a 90 y arrestar, criminalizar a cerca de 2,400 personas.
Frente a las múltiples evidencias de violaciones de derechos humanos durante las protestas, donde están los pronunciamientos de los medios de comunicación, donde están las denuncias de los líderes de opinión, donde están los organismos internacionales no gubernamentales de vigilancia y prevención de violación de derechos humanos, donde estan las narrativas de crisis humanitaria y violación de derechos humanos, donde están los narrativas sobre abuso de poder, terror de estado y figura dictatorial ?
El modelo está colapsando, y como bien dicen por ahí, al enemigo intelectualmente hay que enfrentarlo por su parte más fuerte, y políticamente por su parte más débil.
Larga vida Chile.
Larga vida Latinoamérica y Caribe.