Psicopatología, trauma intergeneracional y negritu. Análisis de la negritud en República Dominicana en diálogo con El negro y la psicopatología de Fanon.
Por Gina Goico
Este artículo analiza las ideas contenidas en El negro y la psicopatología de Frantz Fanon (Capítulo 6, Piel negra, Máscaras blancas 1952) y su legado en relación con la formación de la identidad negra en el Caribe. Este artículo también se centra en cómo la investigación sobre el trauma intergeneracional puede informar y ahondar en la dependencia de Fanon al psicoanálisis para deconstruir la identidad negra. Aunque es comprensible que Fanon se base en el marco de su época y desafíe las limitaciones del psicoanálisis, yo me concentro en el trauma intergeneracional y la teoría de los sistemas ecológicos para visibilizar cómo estos marcos alumbran las ideas de Fanon. Me interesa mirar las nociones contemporáneas en la construcción de la negritud en el Caribe, específicamente República Dominicana y su diáspora. Este análisis se suma al trabajo actual de otros académicos afro-dominicanos cuyo objetivo es deconstruir y sanar el trauma intergeneracional mientras se comprende la formación de la identidad negra en la República Dominicana a través de su historia colonial y la consolidación de su Estado-Nación; un paso crucial para mi es ir más allá del análisis simplista de las jerarquías raciales dominicanas impuesto desde la perspectiva del Norte Global. Analizar el trabajo de Fanon y entablar un diálogo con las tendencias epistemológicas actuales en los campos psicológicos y sociológicos contemporáneos puede ir en detrimento de un análisis crítico de la identidad contemporánea.
Moreno, mulato, indio oscuro ¿Pero, negro?
En el capítulo seis Fanon profundiza sobre el desarrollo de la identidad negra en el en el hombre antillano. Como expone Fanon, el desarrollo y la formación racial de la negritud en este espacio no está explícitamente relacionada con el color de la piel; un hombre negro en Martinica se identifica a sí mismo como antillano, desvincula su antillanidad con la negritiud, o con cualquier proceso de la diaspora africana.
Fanon dice:
“Poco a poco se puede observar en el joven antillano la formación y cristalización de una actitud y una forma de pensar y ver que son esencialmente blancos. [...] Porque el antillano no se considera un negro; se considera un antillano. El negro vive en África. Subjetiva e intelectualmente, el antillano se comporta como un blanco. Pero es * un negro ". (P 148)
Entendiendo que en los procesos coloniales la educación se utiliza como una forma de reforzar la asimilación del individuo colonizado, el proceso de escolarización no diferencia explícitamente al colonizado del colonizador desde la perspectiva de raza producida por el Norte Global 1. Este pasaje destaca cómo incluso si tanto el educador como el estudiante pudieran ser leídos o racializados como negros a través de la lente de la construcción occidental de la raza, la negritud está reservada para otros, como los africanos negros o, como en el contexto de la República Dominicana, la negritud está estrictamente reservada para la población haitiana. Necesitamos entender que, Fanon situa en el contexto de la formación de la identidad del hombre negro en Martinica, la transmisión de la historia y su narrativa nacional hegemonica. El espejo por el que uno se ve reflejado como negro en la Martinica colonial (y propongo, también en República Dominicana) es el de la blancura; el colonizador, el colono y, por tanto, en el espejo del oseedor de la narrativa oficial en el contexto colonial. Donde la raza es maleable bajo el “fenotipo caribeño, y las jerarquías de clase,2 se construye en el reflejo la ilusión de una identidad étnica.
En República Dominicana, la formación racial adquiere otro nivel; lo que es casi único y propio en la historia de la colonia de Santo Domingo (El asentamiento español de la isla de Ayiti 3) y su oposición o contraste con la colonia de Saint Domingue (El asentamiento francés de la isla de Ayiti). Una isla dividida por colonos con dos reflejos diferentes: uno, como el negro de Martinica - viviendo en el espejismo del colonizador (la colonia de Santo Domingo), otro - abrazando su negritud en oposición al colonizador (Santo Domingo) 4. El espejismo era el de una colonia blanca (en el fondo, al menos) al servicio de la corona, aunque fuera abandonada a mediados del siglo XVII, y un supremacismo blanco disfrazado bajo una metáfora de armonía racial. Esto como proyecto de Nación fue desarrollado y ejecutado principalmente por criollos blancos y mulatos en la colonia de Santo Domingo, aun cuando eran minoría.5 Luego, está Haití; una nación construida constitucionalmente sobre la afirmación de la negritud, un proceso revolucionario negro, por los negros para los negros, la pesadilla de todo colonizador y la antitesis del proyecto criollo de Santo Domingo.
En el imaginario dominicano, la idea de que la negritud es igual a la nacionalidad haitiana es tal que incluso reproduce el borramiento del mulataje y otras identificaciones raciales en la nación vecina. En contraste, la negritud dominicana se entiende entonces como otro tipo de negritud: Moreno, indio oscuro y mulato 6 son algunos de los identificadores raciales que reemplazan al negro 7. Las jerarquías raciales se matizan aún más a través de los tonos de piel, rasgos faciales, textura del cabello y otros factores socioculturales; una realidad que está presente en la mayoría de las islas del Caribe (i.e Jamaica, Cuba) and the Global South (i.e. Brasil, Panamá).
Entonces, ¿cómo se analiza y conceptualiza la negritud dentro de las idiosincrasias de los países colonizados del Caribe en la actualidad? El análisis de Fanon en el capítulo seis presenta este contraste a través de la experiencia del hombre negro de Martinica cuya negritud se pone de relive una vez que están en presencia de europeos blancos, o migran hacia Europa. El hombre negro, ahora expuesto a una nuevo sistema de racialización, se vuelve "consciente" de su negritud más allá de las narrativas sustentadas en el cosmos racial de Martinica. Fanon dice: "Un niño negro normal, habiendo crecido dentro de una familia normal, se volverá anormal al más mínimo contacto con el mundo blanco" (P 142). Fanon también plantea cómo esta comprensión es una lucha constante para el hombre negro que creció en el espejismo de la identidad negra de Martinica.
En lo que respecta a la negritud en la República Dominicana y la formación de las identidades que no reconocen la Negritud, esto proviene del constante tira y jala de ser percibidos, representados, definidos e historizados por relatos y narrativas coloniales oficiales.8 La negritud es entonces sustituida por el mulataje. y jerarquías dentro de una gama de mixturas y entremezclados, una herencia directa de los sistemas de castas coloniales españoles. El academico Silvio Torres-Saillant en Introducción a la negritud dominicana constantemente problematiza la comprensión de los dominicanos que son racializados como negros fuera de la isla, viven en una "ilusión" (p. 2-3) y no entienden cuál es su identidad racial. Uno puede equiparar la idea de Torres-Saillant a lo que Fanon expone cuando dice que el hombre negro en Martinica existe dentro de sus propias idiosincrasias de construcción etnoracial, fuera de la mirada occidental. Este concepto está presente en toda la obra de Fanon, y por eso no soy la primera en recurrir a su obra como punto de partida al abordar la negritud en República Dominicana.
El contexto y la historia son un punto de partida para el análisis de la formación de la identidad negra. Sin embargo, lo que propongo es avanzar en la investigación sobre el dinamismo, las resonancias de la sociedad contemporánea y las interacciones en un mundo interconectado, para el avance y el análisis crítico de los estudios de identidad.
La psique y la identidad
Fanon deconstruye la experiencia negra y conceptualiza la negritud en el hombre antillano específicamente a través del lente del psicoanálisis. De manera revolucionaria se atrevió a exponer los límites del conocimiento epistemológico generado a través del psicoanálisis: la ausencia de una perspectiva negra, el imaginario negro desde la perspectiva del individuo y la sociedad, y más insularmente, la perspectiva del negro antillano dentro de los colonizados. Es por eso que cientos de académicos afrocaribeños llegan al consenso de recurrir a las observaciones de Fanon como el punto de partida para comprender la negritud en contexto.
Como dice el académico, artista y activista Fabián Villegas:
“Necesitamos agradecer a Fanon por la cartografía multidimensional en torno a la experiencia del Sur Global, que va desde la dimensión afectiva, la psicopatología, hasta la disputa por el poder político para configurar un nuevo proyecto de civilizatorio” (Narrativa: Legado de Fanon frente a la crisis civilizatoria) 9.
Fanon es nuestro “Lwa” 10 descolonial cuando hablamos de identidad negra, legado colonial y sociedad caribeña poscolonial. E incluso con este reconocimiento de sus contribuciones, la mejor manera de honrar a Fanon es alejarse de aquel análisis que mira la contemporaneidad a través de una lente psicoanalítico de la década de 1950. Para comprender cómo funciona la identidad negra en el Caribe, necesitamos diferentes intersecciones en relación con la sociedad contemporánea y comprender la formación de la cultura a través del trauma psicológico y biológico.
Fanon discute desde la vanguardia de los años 50 y sus gestos sientan bases que son comparables con formas de análisis en la contemporaneidad. Uno de ellos es la teoría de los sistemas ecológicos 11, que analiza cómo se desarrollan los diferentes tipos de relaciones y el contexto en el que se desarrollan, para explicar cómo se cristaliza la identidad y la formación del individuo. Según esta teoría, las diferentes capas de los sistemas dan forma a las percepciones cognitivas de la realidad social, el comportamiento y su relación con los entornos sociales externos. Estos sistemas son los microsistemas (familia, escuela, vecinos), mesosistema (docente, compañeros, relaciones con el microsistema), exosistema (medios, lugar de trabajo parientes, servicios sociales), macrosistema (estructuras sociales y culturales más amplias) y, finalmente, cronosistema (cambios estructurales en las normas sociales, acontecimientos políticos y sociohistóricos, etc.). Fanon, incluso desde su visión psicoanalítica, correlaciona la formación del individuo negro en Martinica con la forma en que se relaciona con la sociedad y la familia, y cómo ambos influyen en la concepción de la negritud. Mirando a la República Dominicana, si analizamos el desarrollo psicológico y la formación del individuo negro utilizando la teoría de los sistemas ecológicos, podemos comprender rápidamente cómo se construye y se manifiesta la negritud en relación con la población haitiana y luego, cómo en el microsistema, la anti-negritud. se perpetúa como una forma de mantener el orgullo y la identidad nacional. En el macrosistema, el Estado dominicano tiene un historial de legislación contra los dominicanos de ascendencia haitiana12, los medios de comunicación deshumanizan a los inmigrantes negros haitianos13, lugares de trabajo que no permiten el uso del cabello afro 14 y así sucesivamente. En el microsistema nos encontramos con comentarios como: “Negro fino” 15, “mejorar la raza” 16, “quien quiere moño bonito aguanta jalones”17 todos los cuales sitúan a la negritud como una cualidad negativa a “mejorar” a través del entremezclado con personas de piel mas clara o entender los procesos químicos dolorosos como el precio a pagar por la belleza, que es igual al blanqueamiento.
El otro marco que sugiero para impulsar el análisis es la perspectiva del trauma intergeneracional. Los investigadores han estado observando cómo los hijos de los sobrevivientes del Holocausto heredan rasgos clínicos y de comportamiento, como si hubieran vivido los traumas de los campos de internamiento.18 Una revelación, ya que algunos de los padres de estos niños ni siquiera presentaban afecciones psiquiátricas después de haber vivido el trauma. Fanon también insinúa cómo las experiencias colectivas de violencia racial están arraigadas en la sociedad. Por lo tanto, el individuo también es moldeado por lo que él llama la catarsis colectiva (Página 145) e incluso sin saberlo realiza su identidad y relaciones basadas en experiencias no vividas. Como menciona al joven negro que no experimentó el linchamiento, ni su padre, podemos asumir que sus observaciones están alineadas con los descubrimientos en torno al trauma intergeneracional. Para la República Dominicana, creo que hay mucho que desempacar en relación a la opresión colonial, la violencia estatal, el racismo y la pobreza generacional. Los traumas vividos han dado forma a la actuación y formación de la identidad negra en República Dominicana. Debido a que los investigadores sociales y psicólogos actuales están interesados en observar estas interacciones importantes en la formación de la identidad y el desarrollo individual.
Es importante utilizar esta investigación actual junto con el trabajo pionero de Fanon para diseccionar la identidad negra.
Mami, el negro 'ta rabioso, quiere pelear conmigo 19
Las investigaciones neurocientíficas y biológicas actuales sobre el trauma intergeneracional (o transgeneracional) han arrojado luz sobre cómo el cuerpo recuerda lo que el individuo no ha experimentado de primera mano. Esta área de investigación es todavía bastante joven, pero los hallazgos han sido bastante esclarecedores 20: la morfología del cerebro cambia, el ADN de los individuos se modifica y las sociedades se configuran en torno a estos eventos traumáticos. No sólo cambia lo físico y psicológico del individuo; el trauma sigue perpetuándose en las familias a través del comportamiento traumático en la crianza de las nuevas generaciones. El trauma intergeneracional se mueve y da forma más allá del microcosmos de las interacciones familiares; se filtra en las estructuras educativas y en la sociedad, los individuos lo llevan consigo, todo una herencia directa de los perpetradores del trauma original. A medida que la cantidad de trabajo epistemológico realizado desde la década de 1950 continúa creciendo, las estructuras capitalistas continúan cambiando, adaptando y recreando las jerarquías coloniales de diferentes maneras. Fanon insinuó todo esto sin los datos concretos que los científicos actuales tienen y están investigando continuamente a medida que nuestras sociedades se desarrollan más rápidamente que antes.
Fanon habla de que los medios de comunicación se perpetúan a través de comparsas y el niño reacciona ante un trauma que no vivió. Los científicos contemporáneos ahora pueden mostrar dónde sucede esto físicamente en el individuo y nombrar las estructuras creadas en nuestras sociedades que las refuerzan y perpetúan.
Identidad: Reconocer pa ’Sanar
Fanon escribe sobre la formación de la identidad del hombre negro en Martinica como un proceso donde se ve a sí mismo como el colonizador hasta el momento en que este individuo abandona la isla y se le presenta las jerarquías raciales europeas donde se descubre por primera vez racializado. Fanon también trae a su análisis la idea de la negritud como bastante física y fálica. Hay que reconocer la realidad de cómo los científicos blancos han estudiado y analizado los cuerpos negros en la época colonial y contemporánea (lo exótico, salvaje, sexual), sin embargo, la construcción de identidades raciales no se relaciona exclusivamente a través del lente socio-histórico de la blancura europea.
Si miramos cómo se forma, realiza y acepta la identidad negra en la cultura dominicana a través del enfoque de los sistemas ecológicos, se analiza al individuo en relación con las estructuras comunitarias y sociales a lo largo del tiempo.
Estas relaciones se entienden como un concepto no estático que sigue cambiando y se transmite fuertemente en contexto, la clave para comenzar a descifrar las contradicciones de la negritud dominica es mirando los sistemas: desde lo macro -que son los valores culturales que el Estado dominicano perpetúa en torno a la anti-negritud como legislación- a los micro -que están en el entorno inmediato del individuo que realiza la negritud dominicana como “otro” tipo de negritud - esto puede permitirnos comprender la construcción de la identidad. Este no es un enfoque nuevo para entender la formación de la identidad, pero rara vez se usa más allá de los círculos médicos, psicológicos o sociológicos y no ha sido lo suficientemente omnipresente en los estudios culturales de la afro-dominicanidad u otras identidades afrocaribeñas, para el caso. La revolución de Fanon a través del psicoanálisis para entender la formación de la identidad y la percepción como una lectura contextual brinda una plataforma para desarrollar este marco: la macro - Martinica funcionando como un lugar donde la identidad se construye desde la perspectiva del colonizador - hasta lo micro - el individuo negro (maestro, alumno) no se reconoce a sí mismos como "otro" o como negros como la “gente africana” sobre la que leen en los libros de historia.
También es imperativo comprender las relaciones contextuales que existen dentro de estos sistemas y cómo cambian cuando un individuo se mueve geográfica y espacialmente, ya que los espacios virtuales, como las redes sociales y la navegación web, también tienen una influencia directa en la formación y el desempeño de la identidad contemporánea.
Ahora no solo estamos pensando en el micro como el aula de la que habla Fanon: donde un joven negro de una Martinica en la década de 1940 accede a tales conceptos de identidad negra en los libros y a través de la visión del maestro. Tenemos una mezcla de lo micro y lo macro, en las esferas pública y privada de la formación de la identidad de un joven negro. Un joven negro en la República Dominicana actualmente tiene acceso a las redes sociales, tal vez una familia que vive fuera, mientras que su microsistema tiene sus propios algoritmos de redes sociales y conexiones internacionales. La negrura se consume, realiza y forma de una manera más compleja y enrevesada. A medida que reconocemos y continuamos utilizando trabajos teóricos cambiantes como Piel negra, máscaras blancas de Fanon, para estudiar la cultura y la identidad, es importante estar en diálogo con los enfoques epistemológicos actuales de los científicos que están poniendo de relieve las intersecciones de la cultura, la sociedad, la identidad, la cultura, y eco sistemas biológicos a través de su investigación con el fin de traer a la discusión pública nuevas perspectivas sobre estudios culturales e identidad.
A lo largo del camino.
La relación y construcción de la dominicanidad y la negritud dominicana a través del trauma de existir en los sistemas capitalistas es resumida por JP Infante en un capítulo de su libro publicado recientemente “En la punta de la lengua materna”. Infante nos lleva rápidamente a través de la vida de una madre dominicana en Nueva York que lucha con la salud mental, la adicción y las identidades raciales.
El capítulo nos permite echar un vistazo a los silencios y la normalización en torno al trauma como formas de afrontar y sobrevivir en un sistema capitalista, y las subjetividades y relaciones raciales en las comunidades de la diáspora y en la patria.
En la página 20 narra:
“[...] Él es de la vieja escuela y fue oprimido cuando la opresión flagrante estaba de moda. Te va a partir con su palo de golf como si la avenida San Nicolás fuera ese charco de río que divide La Española y tú pronunciarás mal aquella palabra en español ”.
La imagen pintada en este pasaje alude a la Masacre de Reviere (Río Dajabón en español), testigo de la Masacre de Perejil que ocurrió en la frontera manufacturada entre República Dominicana y Haití. Pronunciar mal la palabra perejil era una forma de controlar la negritud en la República Dominicana y esa mala pronunciación te costaría la vida en 1937, pero también, incluso hoy.
La cultura dominicana hasta el día de hoy mantiene una actitud anti-negra en torno a la legislación y la politica publica, el lenguaje y la política de respetabilidad entre otros sistemas culturales y sociopolíticos; hay pocos espacios donde el individuo negro pueda existir sin el maltraro y el acoso.
Una vez que los dominicanos negros en la jerarquía racial del Norte Global están expuestos a otros contextos (Estados Unidos, Europa), la propuesta de Fanon de la adquisición de conciencia de la negritud del hombre antillano cuando el hombre blanco europeo y el sistema lo racializa y lo identifica como senegalés, no necesariamente sucede en la experiencia del individuo dominicano negro. Las comunidades unidas en las diáspora dominicana pueden ayudar a perpetua, reforzar y mantener las jerarquías raciales construidas en el macrosistema (sociocultural), exosistema (ambiente indirecto) y mesosistema (conexiones) en la República Dominicana, especialmente cuando en un país como Estados Unidos, donde la separación de la identidad negra y el refugio en la identidad latina permite mantenerse en la trampa colonial de proximidad a la blancura que se alinea con la narrativa del Estado dominicano en torno a la identidad.
Identificar estas relaciones y matices es uno de los pasos importantes que los investigadores culturales deben reconocer en torno a la construcción de la negritud en el imaginario dominicano. Nombrar cada espacio y proceso nos permitirá tener una conversación real sobre jerarquías raciales y anti-negritud sin suscribirnos a las perspectivas estáticas del Norte Global. Después de 68 años de ser publicado, el trabajo de Fanon sigue siendo un faro para guiarnos a reconocer cómo existe la negritud en diferentes contextos. A medida que continuamos desmantelando a través del análisis crítico, la acción directa y la investigación las estructuras que nos han definido históricamente a través de sistemas de opresión, retraumatización y construcciones sociales, le debemos a Fanon seguir adelante. Deconstruir la forma en que cada sistema se interrelaciona puede arrojar luz sobre cómo continúan ejerciendo control sobre las narrativas, los imaginarios y la formación de la identidad, pero el trabajo no se detiene allí. De la misma manera que el lente propuesto por Fanon puede ser un punto de partida, nunca debe limitarse a ser utilizado como el único recurso hacia la deconstrucción y análisis hacia prácticas liberadoras y emancipadoras del individuo afrocaribeño contemporáneo. A nuestros actuales investigadores sociales y científicos les debemos una alianza a la hora de analizar constructos culturales y raciales. Nuestra colaboración promoverá nuestro trabajo y honrará el trabajo de nuestros antepasados, impulsando la liberación de la negritud.
RUMORES: Epistemologías Racializadas Y Saberes Anticoloniales
Enlace De Descarga / Libro Completo:
https://drive.google.com/file/d/113xdZUovI2jsNIP5P7rFmG3ZiSJtFDLD/view?usp=sharing
Referencias.
1 Viswanathan, Gauri. “Currying Favor: The Politics of British Educational and Cultural Policy in India, 1813-1854.” Social Text , No. 19/20 (Autumn, 1988)
2 Stuart Hall (Cultural Identity and Diaspora 2007/ Familiar Stranger: Life between two islands 2017) 2
3 Ayiti is the name the Taino people had for the island the colonizers later named “La Hispaniola” where modern day Haiti and Dominican Republic are located.
4 Dominican Racial Imaginary, Ricourt 2016
5 By 1790 it was estimated around 40,000 white landowners, 25,000 Black or mulatto freed men and around 60,000 slaves. Source: http://countrystudies.us/dominican-republic/3.htm
6 An inheritance of the white minority and perpetuated by the State, more prominently since Trujillo pushed for the whitening of the Dominican individual. The names also have relation to the complex Spanish colonial caste system.
7 Negro as in Black in Spanish.
8 In the book “The Borders of Dominicanidad: Race, Nation, and Archives of Contradiction” by Lorgia Garcia-Pena she exposes how the U.S. continuously defined the Dominican Republic as this colored, non-Black nation by different accounts, building on the ideas and narratives white and mulatto criollos had for the country.
9 Accessed through “Contra Narrativas” website October 2020. Original text in Spanish, translated by me.
10 Lwa, or Loa, (in the Dominican Republic “Misterios”) are the connection within the creator (or the Divine) and our earthly realm per voodoo tradition.
11 Developed by Russian born-United Statian psychologists Urie Bronfenbrenner in 1969. Published his work on -The Ecology of Human Development: Experiments by Nature and Design. (1979)
12 Prominently we have the Constitutional Court decision in 2013 to retroactively denationalize Dominicans of Haitian descent up to three generations before if their ancestors didn’t have a regularized status in the Dominican Republic. As of lately, the government of Luis Abinader recently claimed that “illegal” Haitian immigrants won’t be vaccinated as the State is planning COVID-19 vaccinations to start. (January 2021)
13 Dominican newspapers tend to sensationalize occurrences where Haitian Immigrants are involved. Other instances are when media names the nationality of Haitian individuals, while other people’s nationalities are left
14 Since 2013 there has been an ongoing movement pushing for the end of these racist practices. More notably, in 2014 a woman pushed back when, while taking her State ID photo the photographer claimed her afro didn’t “fit” inside the photo, hence she needed to “comb her hair”. There are currently no legislation against discrimination for afro hairstyles in the Dominican Republic.
15 Translates to: “Sophisticated Black”. Usually a way to describe dark skinned people who have either thin lips, small nose, light colored eyes, straight hair or a combination of these.
16 Literally translates to: “Better the race”.
17 Translates to: “Who wants pretty/good hair endures pain”. Pretty/good hair is equated to straight hair.
18 Rakoff V. A long term effect of the concentration camp experience. Viewpoints 1966;1:17-22
19 Word play on the song “Que sera lo que quiere el negro” by Wilfrido Vargas and ad jingle for Dominican hair relaxer “Katiuska”
20 Sources by peer reviewed papers by the NIH - search terms: intergenerational / transgenerational