En el marco de la convulsión y crisis política peruana que he dejado 2 muertxs, cerca de 100 heridxs, 42 manifestantes desaparecidxs y decenas de detenidxs por las recientes movilizaciones y protestas en contra del golpe legislativo contra el ex presidente Martin Vizcarra, charlamos con Kerly Garavito Canales, activista antirracista y decolonial, integrante de Ruray: colectiva barrial feminista de San Martin de Porres, un barrio de lima.
CN- Decía un analista peruano recientemente que la disputa partidista y clientelar de la clase política peruana durante el siglo XX y a partir del 2006 ha hecho de la crisis de institucionalidad, la norma.
Frente a un golpe de estado legislativo y constitucional calculado, premeditado, hablar simplemente de crisis de institucionalidad resulta errado, que está pasando detrás de este golpe de estado, como percibes la coyuntura y escenario actual?
K- Coincido, hablar de una simple crisis institucional es una perspectiva bastante reduccionista porque la crisis que vivimos actualmente no solo se debe a una falsa institucionalidad que se quiebra, sino a que seguimos siendo gobernados por las elites blancas y mestizas como en la colonia a merced de sus intereses políticos, económicos, sociales, etc. Un minúsculo grupo empresarial y político decide como debemos vivir los millones que existimos en este territorio. Yo me sentí motivada a marchar no en una falsa defensa de la “democracia” porque esa no existe en el sistema político peruano, y nunca ha existido. Salí porque estaba harta de las disputas y angurrias de poder de los sectores de derecha que han venido tomando decisiones que nos afectan a todos. La crisis económica y sanitaria se ha agudizado en pandemia, pero también el racismo y el clasismo. Una semana antes de la vacancia con Vizcarra en el poder, la policía había asesinado a un señor durante un partido de fútbol, hace meses murieron 13 jovenes asfixiados por una intervención policial en una discoteca. Estos dos casos recientes se dieron no por el azar en los barrios periféricos de Lima, donde la policía ha hecho una lectura racial y de clase. El uso de la violencia de la policía hacia personas que ellos no consideran ciudadanos no es nuevo y no viene con Merino en el poder. Si bien Merino se fue, muchos que salimos queríamos más que sacar a Merino, se viene una lucha por una asamblea popular constituyente plurinacional y por mecanismos que disminuyan la violencia de la policía.
CN- En ocasiones se comete el error de percibir los golpes de estado legislativos como ausentes de entramados de terrorismo de estado, violacion sistemática de derechos humanos, suspension de garantias indiviuduales. Cual es la situación actual de lxs compañerxs detenidos, torturados, violentadxs, criminalizadxs en la reciente jornada de protestas y movilizaciones?
K- La violencia policial de las últimas manifestaciones se cobró la vida de dos compañeros: Inti y Bryan. Hay al menos 250 compañerxs heridos graves y leves entre manifestantes, prensa y brigadistas. Jon Cordero recibió un disparo de perdigón que le rasgó la medula ósea. Ha perdido el movimiento de las piernas. Hubo desapariciones forzadas de varixs manifestantes que fueron secuestrados y torturados por un grupo de la policía, Grupo Terna, quienes son policías encubiertos vestidos de civil. Presencié detenciones arbitrarias. Nunca había observado tanta violencia de la policía en una manifestación en Lima. Antes nos habían gaseado, pero nada se compara a la violencia, el terror, que vivimos la semana pasada. Los policías disparaban y tiraban bombas a matar. No solo buscaban dispersarnos, sino matarnos. En un informe del diario La Republica señalan que en esa esquina donde asesinaron a Inti y Bryan habían cerca de 400 policías. He visto caer más de 20 bombas lacrimógenas en un instante. La estrategia de la policía era armar un humo blanco para empezar a tirar perdigones a matar, dispararon a la cabeza. La necropsia de Bryan dice que recibió 10 impactos de perdigones de plomo: 2 en el cráneo, 2 en la cara, 2 en el cuello, 2 en el brazo y 2 en el tórax; pero aun así la policía y el actual presidente mienten y sostienen que la violencia policial fue algo aislado cuando sabemos que es sistemático.
CN- En el marco de esta crisis, que escenario anticipas para la elección presidencial del 2021, en un ejercicio de imaginación política cuál consideras que debería ser el papel que jueguen los movimientos sociales, ( movimientos indígenas, movimientos negros, movimientos feministas, organizaciones sindicales, movimientos anti extractivistas y defensorxs del territorio) de cara al proceso electoral?
K- La política peruana es bien inestable, al parecer la izquierda ha podido desligarse del adjetivo de terrorista como algo peyorativo. Un insulto que se ha usado de forma muy frecuente en el Perú hacia cualquier persona que se manifiesta en una protesta o tenga ideas contrarias a la derecha. Yo creo que cada vez más personas se están cuestionando que tan cierto es esa conexión del terrorismo con la izquierda debido a los mitos sembrados por la época del conflicto armado interno. Terrorismo fue lo que vivimos esta semana y fueron prácticas de la derecha política. Lo que se observa es que se está perdiendo el miedo a otras propuestas políticas más cercanas a la izquierda. Otro partido que se fortaleció fue el Partido Morado de Julio Guzmán, ya que toda la bancada votó en contra de la vacancia a Vizcarra y fue partícipe de algunas de las manifestaciones; aunque con el ascenso de Sagasti (congresista del Partido Morado) como actual presidente de transición su popularidad va a depender de cómo se desempeñe. Por lo visto en estos días carece de voluntad política para desempeñar los cambios que la ciudadanía está manifestando que se deben hacer, ya que se ha posicionado en contra de una reforma policial y la asamblea popular constituyente.
Los movimientos estudiantiles, sindicales, indígenas, feministas, afros, anti extractivistas, defensorxs del territorio y de la diversidad sexual hemos desempeñado un papel importante durante las protestas, pero ahora queda la tarea de trascender al momento de efervescencia y sostener las demandas que han aparecido durante estos días; por eso es importante trabajar comunitariamente en nuestros territorios para amplificarlas y complejizarlas. Al pertenecer a una organización barrial feminista se me hace imprescindible mencionar que es importante descentralizar la protesta y en esas vías se han armado grupos zonales en diversos territorios de Lima, y también en otras ciudades. Esperanza y mucho trabajo territorial es lo que se nos viene a los movimientos sociales para exigir una asamblea popular constituyente plurinacional y mayores cambios estructurales.
CN- En el marco de esta crisis, que escenario anticipas para la elección presidencial del 2021, en un ejercicio de imaginación política cuál consideras que debería ser el papel que jueguen los movimientos sociales, ( movimientos indígenas, movimientos negros, movimientos feministas, organizaciones sindicales, movimientos anti extractivistas y defensorxs del territorio) de cara al proceso electoral?
K- La política peruana es bien inestable, al parecer la izquierda ha podido desligarse del adjetivo de terrorista como algo peyorativo. Un insulto que se ha usado de forma muy frecuente en el Perú hacia cualquier persona que se manifiesta en una protesta o tenga ideas contrarias a la derecha. Yo creo que cada vez más personas se están cuestionando que tan cierto es esa conexión del terrorismo con la izquierda debido a los mitos sembrados por la época del conflicto armado interno. Terrorismo fue lo que vivimos esta semana y fueron prácticas de la derecha política. Lo que se observa es que se está perdiendo el miedo a otras propuestas políticas más cercanas a la izquierda. Otro partido que se fortaleció fue el Partido Morado de Julio Guzmán, ya que toda la bancada votó en contra de la vacancia a Vizcarra y fue partícipe de algunas de las manifestaciones; aunque con el ascenso de Sagasti (congresista del Partido Morado) como actual presidente de transición su popularidad va a depender de cómo se desempeñe. Por lo visto en estos días carece de voluntad política para desempeñar los cambios que la ciudadanía está manifestando que se deben hacer, ya que se ha posicionado en contra de una reforma policial y la asamblea popular constituyente.
Los movimientos estudiantiles, sindicales, indígenas, feministas, afros, anti extractivistas, defensorxs del territorio y de la diversidad sexual hemos desempeñado un papel importante durante las protestas, pero ahora queda la tarea de trascender al momento de efervescencia y sostener las demandas que han aparecido durante estos días; por eso es importante trabajar comunitariamente en nuestros territorios para amplificarlas y complejizarlas. Al pertenecer a una organización barrial feminista se me hace imprescindible mencionar que es importante descentralizar la protesta y en esas vías se han armado grupos zonales en diversos territorios de Lima, y también en otras ciudades. Esperanza y mucho trabajo territorial es lo que se nos viene a los movimientos sociales para exigir una asamblea popular constituyente plurinacional y mayores cambios estructurales.