COYUNTURA

Te conozco bacalao! Bienvenida la oposición fuera la simulación.

Te conozco bacalao aunque vengas disfraza’o ! Bienvenida la oposición fuera la simulación.

Por Fabián Villegas

En política el tiempo es imprescindible, a diferencia de lo que podríamos especular, la política se sostiene sobre exactitud, precisión, pero sobre todo sobre su capacidad de previsión. A una semana de haberse consumado la suspensión del comicio electoral de las municipales en República Dominicana la descomposición institucional del Estado dominicano ha llegado a un descalabro histórico. En menos de una semana hemos atestiguado un insultante y bochornoso entramado institucional de fraude electoral orquestado por la cúpula del Estado, que ha transitado entre simulaciones, fabricación de escenarios, justificaciones inconsistentes, contubernio de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, torturas por parte de la Policía Nacional, criminalización de la protesta pública y uso excesivo de la fuerza contra manifestantes.

Para el descalabro siempre parece haber salidas institucionales, pero no salidas que refrendan la voluntad popular y el ejercicio democrático. Siempre queda abierta la pregunta, ¿Frente a la tentativa de posponer la jornada electoral para el próximo 15 de Marzo que queda? Que queda más allá de algunas (desafortunadamente pocas)  iniciativas dignas, independientes aventadas al naufragio de un modelo antidemocrático que se ha encargado de blindar la lógica electoral a fin de borralas, asimilarlas y de favorecer la agenda del bipartidismo, y a las figuras tradicionales de la clase política dominicana. 

¿Que queda el 15 de Marzo? Más allá de salir a votar con la convicción plena de sacar del poder al partido del Estado, favoreciendo indirectamente la agenda de otro partido o líderes políticos de la plutocracia dominicana que bajo la coyuntura actual están simulando ser agentes políticos de oposición. Quizá la elasticidad de la discursividad política nos queda corta para nombrar todas las violaciones a la vida democrática que esta administración ha orquestado. 

El asalto a la voluntad popular y el sufragio efectivo no se fraguó el domingo 16 de Febrero, es inherente a toda esa simulación de ejercicio democrático llamado “proceso electoral”, sostenido sobre redes escalonadas de corrupción y clientelismo político, uso faccioso de las instituciones y de los recursos públicos para el favorecimiento del bipartidismo y el Estado

El saldo de esta fiesta democrática convocante de miles de personas no puede ser únicamente el restablecimiento de la jornada electoral del 15 de Marzo, ni caer en la confusión de entender el proceso electoral en sí mismo como una celebración política de la voluntad popular. Especialmente, cuando ha sido construido históricamente sobre bases institucionales profundamente antidemocráticas, de larga tradición racista y colonial en las que las capas populares de la población que son la mayoría no tienen voz, ni están autorizadas para participar en las decisiones públicas, dentro de una lógica electorera de “democracia” representativa en las que las candidaturas resultan en un 98% de los casos, imposiciones por decisiones cupulares. Mucho menos se debería permitir que esta movilización digna y popular sea instrumentalizada para legitimar a quienes hoy simulan desde sus viejos partidos y canonjías liderazgos de oposición. 

Experiencias anteriores en la isla y en toda la región nos recuerdan que esa estrategia de no ideologizar las movilizaciones por temor a perder músculo social, le ha costado muy caro a la lucha de conquistas sociales históricas. La desideologización de las protesta a escala global no es accidental, forma parte de una nueva configuración política de ciudadanías de derecha. 

Parte del desafío está también en estirar la discursividad política, trascender la lucha anticorrupción como única narrativa de identificación política para pensar desde un ejercicio de imaginación política una lucha mucho más anti sistémica que haga frente al modelo económico rampante de acumulación por despojo, de precarización de la vida y de producción de desigualdades que habita en la isla. Identificar la transversalidad de la lucha por la conquista democrática no solo como una lucha anti partidista, sino como una lucha profunda, contrahegemónica, anti sistémica que ponga de relieve el fracaso de un modelo históricamente colonial, racista, capitalista, neoliberal, heteropatriarcal y extractivista expresado en estructuras de racismo institucional, violencia de género, despojo territorial, concesión territorial a trasnacionales, naturalización de la desigualdad, crisis de derechos humanos, uso faccioso del sistema de justicia, desmesurados niveles de impunidad, corrupción, precarización miserable de los sistemas de salud y educación, deficit de vivienda, desarticulación de la los sistemas de jubilaciones y pensiones, modelos agresivos de privatización, criminalización de la pobreza etc.

La naturaleza de la movilización es fluctuante, variable e impredecible, de lo único que podemos tener certeza es del significado ambivalente del tiempo para jugar a nuestro favor, o para apostar a nuestra derrota, ya sea para dictarnos con precisión  cuál es ese momento que tenemos que aprovechar, cuál es ese momento donde hay condiciones, cuál es ese momento decisivo que tenemos que apretar porque ahí está nuestro capital político o por otro lado el desgaste del tiempo al que apuesta el poder para desmoralizar y desinflar nuestros horizontes utópicos. 

El legado de lucha y resistencia del Caribe es monumental, ha sido históricamente un espacio geopolítico marcado por su papel protagónico en las luchas anticoloniales. De la resistencia indígena al cimarronaje, de las luchas antiesclavistas, a los movimientos panafricanistas, de los movimientos de descolonización a las 2 revoluciones más radicales de la modernidad. 

El Caribe resiste, salgamos a la calle vigilantes de que esos liderazgos viciados del bipartidismo no capitalicen políticamente con oportunismo el hartazgo y el músculo social de oposición.

Las conquistas sociales históricas se ganan en la calle, no nos las regala nadie, ni son propiedad de nadie. Queda abierta la pregunta, por quién se saldrá a votar este próximo 15 de Marzo?


Foto por Fran Afonso / @franafonsofotos

Foto por Fran Afonso / @franafonsofotos

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