NARRATIVA

Gloria Anzaldua. La frontera como metafora corporal.

 

Gloria Anzaldua. La frontera como metáfora corporal.

Por. Fabian Villegas

La frontera como metáfora corporal, el cuerpo como espacio de territorialidad, lenguajes masticados, universos simbólicos fracturados, antagonismos irreconciliables, folklorismos de la adversidad, disputas de otra identidad.

Hoy es el aniversario 75 de la emblemática Gloria Anzaldua, la recordamos con admiración y cariño.

Si bien es un texto que nos parece excelente por muchas razones también nos produce una lectura “conflictiva” específicamente por la categorización identitaria y política de lo mestizo y la hibridez, concretamente para la discusión contemporánea sobre agenda racial en el contexto regional de Latinoamérica. Donde cada una de esas categorías han tenido un uso hegemónico de identificación de lo mestizo como correlato civilizatorio de blanqueamiento y ciudadanización, de reforzamiento de las practicas publicadas y privadas de colonialismo interno, de desidentificación con lo indio y con lo negro, y de absoluta proximidad con los valores estéticos de la hispanidad. Por tal motivo publicamos el texto que nos parece excelente, pero que tiene muchas aristas para abrir la conversación y potabilizar el debate.

Luz y Larga vida, descansa en poder Gloria Anzaldua.

 

 

VIVIR EN LA FRONTERA

 

Vivir en la Frontera significa que tú

      no eres ni hispana india negra española

      ni gabacha, eres mestiza, mulata, híbrida

      atrapada en el fuego cruzado entre los bandos

      mientras llevas las cinco razas sobre tu espalda

      sin saber para qué lado volverte, de cuál correr;

 

Vivir en la Frontera significa saber

      que la india en ti, traicionada por 500 años,

      ya no te está hablando,

      que las mexicanas te llaman rajetas,

      que negar a la Anglo dentro tuyo

      es tan malo como haber negado a la India o a la Negra;

 

Cuando vives en la frontera

      la gente camina a través tuyo, el viento roba tu voz,

      eres una burra, buey, un chivo expiatorio,

      anunciadora de una nueva raza,

      mitad y mitad –tanto mujer como hombre, ninguno–

      un nuevo género;

 

Vivir en la Frontera significa

      poner chile en el borscht,

      comer tortillas de maíz integral,

      hablar Tex-Mex con acento de Brooklyn ;

      ser detenida por la migra en los puntos de control fronterizos;

 

Vivir en la Frontera significa que luchas duramente para

      resistir el elixir de oro que te llama desde la botella,

      el tirón del cañón de la pistola,

      la soga aplastando el hueco de tu garganta;

 

En la Frontera

      tú eres el campo de batalla

      donde los enemigos están emparentados entre sí;

      tú estás en casa, una extraña,

      las disputas de límites han sido dirimidas

      el estampido de los disparos ha hecho trizas la tregua

      estás herida, perdida en acción

      muerta, resistiendo;

 

 

Vivir en la Frontera significa

      el molino con los blancos dientes de navaja quiere arrancar en tiras

      tu piel rojo-oliva, exprimir la pulpa, tu corazón

      pulverizarte apretarte alisarte

      oliendo como pan blanco pero muerta;

 

Para sobrevivir en la Frontera

      debes vivir sin fronteras

      ser un cruce de caminos.

 

 

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