¡NO OLVIDAMOS!
Hoy se cumplen 3 años de la desaparición forzada de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa por parte del estado mexicano. #Crimendeestado #Niperdonniolvido
SpokenWord por Fabian Villegas en el marco de la jornada global de solidaridad con Ayotzinapa.
Necropolítica
Esta ya no es una lista de demandas,
en su tierra del arraigo
huele a muerte por los cerros vira lata,
el miedo es un delirio
que en esta historia da lecciones
de paramilitarismo
y gritos en aguas blancas.
La desaparición forzada es un modelo
de ciudadanía en este carnaval cínico
de uniformados y prensa mercenaria.
La pobreza se recicla,
se confina a su jornada,
una vez terminada, es delito,
o prescindible como vida
para los ministerios públicos
de la tesis neomalthusiana......
Levanten las manos los inocentes,
que el terror lo hemos epidermizado,
y si la violencia y la muerte
es un patrimonio ideológico del estado,
las cruces de Ayotzinapa
son el último aliento en la clase de Cabañas.
Pa´l campesino el alcohol
y la tienda de raya,
aquí el abuso no se ha sofisticado,
las balas siguen alfabetizando la panza
y el derecho humano es un adjetivo de misericordia
para que el sistema dé justicia:
¡Por favor no dispare en la cara!
Los perros son animales domésticos
y el estratega los tiene a instrucciones,
analizando la orina, examinando la retina,
infiltrando cada paso y cada rima,
comparando huellas del Valle del Cauco a Iguala,
de Putumayo a Ecatepec
y de Atoyac a la sierra de Santa Martha.
Esta es la pesadilla de las botas de Amílcar Cabral
y las manos de Víctor Jara,
los útiles escolares, la ropa, las fosas,
los 100 mil muertos y los 50 mil desaparecidos,
las miles de muertas, los cadáveres maquillados,
los feminicidios, las torturas, los expedientes perdidos,
los 70 millones de pobres, los casos fabricados,
los miles de encarcelados,
la frustración y la desesperanza por todo lo perdido.
Ya no hay un partido
de los pobres pecho tierra en la cuneta de la sierra
protegiendo las sumas de las campesinos
ni llevando de la mano
a los normalistas a la escuela.
Han matado a nuestras hijas y a nuestros hijos,
pero que sepan estos burócratas del genocidio
que no hay mayor solidaridad
que la que nace de la desesperanza extrema
soy otro tu, tu y yo somos ayotzinapa.