NARRATIVA

Afroargentinas; Archivos anticoloniales, cartografías afectivas, y la disputa por la memoria histórica.

En el marco del seminario Cartografía de las gentrificaciones que desarrollamos en el 2023, conocimos a la arquitecta afroargentina Florencia Gomes y el proyecto de teatro documental (Afroargentinas) que co-crea y desarrolla junto a Jesica Salinas Lamadrid, Lina Lasso, y Naiara Roque Ferreira en la ciudad de Buenos Aires. 

Una de las primeras conversaciones que sostuvimos estuvo centrada en el papel que han jugado las políticas del espacio, los modelos urbanísticos, la arquitectura, la monumentalidad colonial y la configuración de la ciudad, en el borramiento de la memoria histórica afroargentina.

Frente a las narrativas de la desmemoria, las políticas de amestizamiento y regímenes de silenciamiento que constituye todo metarrelato de la identidad nacional en la latinoamericanidad, les preguntamos sobre las posibilidades que hay en el teatro documental como un dispositivo de recuperación de memoria histórica, de rehistorización, imaginación política que tenga la capacidad de adelantar la agenda de reconocimiento, derechos y políticas de igualdad racial de la experiencia afrodiaspórica en Argentina.



C/N - Hace aproximadamente 10 años nos encontramos accidentalmente con el documental de Tango Negro del cineasta angolano Dom Pedro, el cual narra todo el proceso de borramiento, silenciamiento  de la experiencia negra, afrodiasporica, en una de las genealogias culturales donde mas se sostienen los imaginarios y relatos de la argentinidad; el tango. Si pudiéramos hacer un ejercicio pequeño de trazabilidad, ¿en que lugar está la lucha por el reconocimiento del pueblo afroargentino (en términos de derechos culturales, territoriales, políticas públicas de igualdad racial) en el escenario político nacional?


AF- Existen algunos avances de carácter principalmente simbólico como la Ley 26.852 que establece el “Día Nacional de los/las afroargentinos/as y la cultura afro” sancionada en el año 2013 en honor a la figura de María Remedio del Valle, una mujer negra afroargentina emblemática, que luchó en las guerras independentistas. Si bien es uno de nuestros principales avances, esta no es una efeméride del calendario escolar ni una fecha difundida por el gobierno nacional. 

Como parte de las implicaciones de tener una Ley como la 26.852 antes mencionada, y el hecho de Argentina haberse adherido al Decenio Internacional para los afrodescendientes,  desde el Ministerio de Cultura a través de la Secretaría de Patrimonio Cultural, se realizó una convocatoria a nivel nacional para revalorizar la figura de María Remedios del Valle en distintas categorías como el retrato, documental, escultura, canciones, oralidad y poesía.

De allí surgieron retratos de María Remedios que hasta el momento no existían, de hecho no había un retrato oficial como sí existen de los demás próceres. El proceso fue un trabajo de reconstrucción de la memoria y del imaginario de lo que Maria Remedios pudo ser, ya que no hay ningún tipo de registro de ella, de su físico, de sus rasgos. El monumento que se erigió en el año 2022 fue incendiado en agosto del año 2023 y hasta el momento no ha sido reconstruido. En el año 2021 se instaló en el edificio de la Cámara de Diputados y Diputadas de la Nación un cuadro-retrato de ella, y formó parte de los cuadros del antes llamado “Salón de las Mujeres” de la casa de Gobierno, este cuadro, junto con los demás fue retirado por el actual gobierno de Milei.

Los avances que han sucedido han sido de carácter simbólico, en el plano del reconocimiento, siguiendo los ejes de trabajo del Decenio: Reconocimiento, Justicia y Desarrollo, sin embargo no hemos avanzado en materia de políticas públicas, en acciones reparativas y en materia de derechos humanos de manera significativa.

Así, el pasado 8 de noviembre de 2023 se realizó la primera marcha de la comunidad afrodescendiente, afroargentina, afro diaspórica y africana en dirección al Congreso de la Nación en reclamo de políticas públicas que acompañen el proceso de visibilización. 

Al mismo tiempo cabe destacar que se logró que en el programa Progresar (Programa de Respaldo a Estudiantes de Argentina), una política pública desarrollada por el Ministerio de Educación que brindaba un apoyo económico para poder continuar o terminar los estudios en los distintos niveles de educación para personas de 16 a 24 años, pudiera ser sin límite de edad para personas afrodescendientes. Gran parte de la población afro vive en zonas periféricas, alejadas de los centros urbanos por ende el promedio de viajes diarios solo para ir a realizar los cursos ascienden hasta a cuatro viajes. Si bien la educación en Argentina es pública y gratuita todavía el acceso a ella está limitado para personas que dispongan del tiempo y recursos económicos para solventar gastos de transporte, comida y materiales.

Actualmente, y a raíz de poder haber accedido a tener un retrato oficial, en el mes de mayo salió a circulación un billete con la presencia de María Remedios del Valle junto a Manuel Belgrano. Pese a nuestro actual contexto económico y político pensamos que quienes no saben de su existencia, ahora su presencia en ese billete disparará preguntas y curiosidades en torno a su figura. 

Pero para entender el contexto de Argentina en relación a su población afroargentina y afrodescendiente tenemos que retrotraernos al contexto de los Censos que nos lleva a explicar al mismo tiempo la invisibilización que ha sufrido y sufre nuestra población. La invisibilización es parte de un entramado complejo, un sistema de des-memoria ejecutado desde el mismo Estado a través de sus instituciones, principalmente la educativa, pero la invisibilización estadística ha sido un dispositivo fundamental para que este proceso de borramiento y desmemoria sea tan exitoso.

Fue en el Censo del año 1778 donde se contabilizó por última vez a la población afrodescendiente como tal, teniendo como resultado altos porcentajes en las distintas provincias. Lo que sucede luego, además de dejar de censar a nuestra población es que cambiaron las categorías que hasta el momento daban cuenta de nuestra existencia como ser “negro”, “pardo”, “moreno”, entre otras, para ser reemplazandas por el término “trigueño”.

La palabra “trigueña/o” es un vocablo ambiguo que puede aplicarse a diferentes grupos étnicos o a ninguno y que ha contribuido a la invisibilización del colectivo negro. 

Las organizaciones afroargentinas definen como “desaparición artificial” a este proceso, ya que para fines de 1887 el porcentaje “oficial” de afrodescendientes es de 1,8%. 

A partir de ese momento, ya no se informa sobre este dato en los censos.  

En el año 2010 se vuelve a incorporar la pregunta con la variable etnico-racial, gracias al trabajo incesante de las organizaciones y sociedad civil afrodescendientes y afroargentinas, que arrojó como resultado que un 4% de la población se reconocía afrodescendiente. Cabe mencionar que la pregunta no fue incorporada en el total de los formularios a nivel nacional, lo que generó un sesgo estadístico. Previo al Censo oficial del año 2010, se había realizado una prueba piloto ejecutada en localidades específicas de las provincias de Buenos Aires y Santa Fe cuyos resultados arrojaron que el número de personas que se auto-reconociero como afrodescendientes rondaba entre el 4 y 6 % de la población total del país de ese momento, lo que equivalía a unos dos millones de personas.

Con el diario del día y habiendo accedido hace poco tiempo a los datos del censo 2022 estos han arrojado que un 0.5% de la población se reconoce como afrodescendiente. Datos que aún no son significativos ni representativos de la cantidad real de nuestra comunidad, y esto se debe a que no se han llevado a cabo campañas de sensibilización solicitadas por las organizaciones afrodescendientes y afroargentinas en las distintas instancias de diálogo con el Estado, lo que conlleva a un resultado poco significativo como para llevar a cabo políticas públicas que acorten la brecha de desigualdades de nuestras comunidades. 



C/N - La construcción de los Estados Nación en Latinoamérica y el Caribe y sus metarrelatos de la identidad nacional se han configurado en base a una política sistemática de la
desmemoria, a través de los modelos de educación, los planes de ordenamiento territorial, las nociones coloniales de “patrimonio”, las políticas de amestizamiento a través de la lengua (hispanofilia), la arquitectura y la monumentalidad colonial, la imposición de modelos racistas de habitabilidad, construcciones de ciudadanía y de lo público etc. ¿Cuales son esos espacios de recuperación de la memoria afrodiasporica, cuales son espacios de la sostenibilidad de los tejidos comunitarios de la experiencia negra, en el contexto de Argentina, particularmente en el contexto de Buenos Aires y área “conurbana”?


AF - Los espacios de memoria residen principalmente en nuestra gente. En los relatos de aquellos que salvaguardan la memoria de la negritud en Buenos Aires. Ya que como ya sabemos la consolidación del Estado Nación se ocupó de erradicar nuestros registros, borrar y destruir nuestros archivos, desmantelar nuestra historia, y lo único que pudimos preservar fue todo ese patrimonio inmaterial, emocional, de lucha y resistencia a través de la memoria. Así mismo, espacios como el Espacio cultural Plaza Defensa, conocido por la comunidad como Espacio afrocultural en San Telmo ha sido históricamente un punto de referencia de la comunidad afrodescendiente en nuestra ciudad. Y decimos que ha sido, porque en el año 2017 fue clausurado por el Gobierno de la Ciudad hasta fines del año 2023 que volvieron a habilitarlo, nuevamente es por el trabajo mancomunado de organizaciones afrodescendientes por lo que en la actualidad la comunidad vuelve a contar con un espacio de referencia, que toca volver a reconstruir desde la memoria.  

La localidad de la Matanza es uno de los principales territorios negros del conurbano, uno de los mas grandes y desiguales a nivel territorial y social, en el último censo del año 2022, fue el que mayores porcentajes arrojó en cuatro al reconocimiento de su población como afrodescendiente. En esta localidad residen muchos de lxs afroargentinxs descendientes de personas esclavizadas en nuestro territorio siendo personas argentinas afrodescendientes de sexta o séptima generación. Y su presencia histórica en esta localidad no es un hecho aislado, sino que es consecuencia de los desplazamientos que se impulsaron desde el Estado mediante distintas políticas territoriales y habitacionales: desde el año 1871 con la epidemia de la fiebre amarilla donde se cercó parte del casco histórico para que la población negra no “expandiera la epidemia” y donde se destinó la zona norte de la Provincia para que las personas de mayor poder adquisitivo vivieran alejados de estos primeros, pasando por el desplazamiento desde Monserrat  (centro de la Ciudad) a los márgenes de la Capital Federal en el período 1948-1972 hasta asentarse definitivamente en La Matanza desde ese entonces hasta el presente. La Asociación Misibamba nace en La Matanza como espacio de memoria y difusión de la historia y la cultura afroargentina de aquellos descendientes de esclavizados. 

Otro lugar de preservación de la memoria histórica afrodiaspórica y afroargentina es la Sociedad de Socorros Mutuos “Unión Caboverdeana” de Dock Sud, fundada el 13 de agosto de 1932 por los primeros migrantes caboverdeanos que llegaban al país y que existe hasta la actualidad con una vida institucional ininterrumpida llevada a cabo por su descendencia afroargentina - caboverdeana. 

El barrio de San Telmo, conocido como el barrio del tambor, una de las ciudades fundantes de Buenos Aires es escenario de las llamadas de candombe todos los fines de semana. Sus calles se llenan de tambores: chico, repique y piano y una fila de gente bailando al ritmo.

Al mismo tiempo, existen distintos colectivos y organizaciones afrodescendientes, africanas, afrodiapóricas y afroargentinas -aunque la mayor parte no cuentan con espacio físico propio- que son promotoras de la lucha contra el racismo y la invisibilización, como de la memoria negra desde distintos aspectos. El lunfardo argentino también conforma el archivo de la presencia negra: el “Diccionario de africanismos del río de la plata” nos brinda un sinfín de palabras utilizadas en nuestro vocabulario “más argentino” que denota la presencia africana a lo largo de nuestra historia. Palabras como Tango, Milonga, Quilombo (aunque esta tiene aún una connotación negativa), bombo, etc que son palabras de origen africano.

Las comidas como el asado, el dulce de leche, las construcciones coloniales y la existencia de simbología  sankofa en las rejas de las viviendas, son elementos (si bien no espacios como tales) que hacen referencia a la existencia negra en Buenos Aires. 

Actualmente existen eventos afrocentrados organizados por personas de la comunidad, proyectos colectivos incipientes y el apoyo a los emprendimientos de personas afrodescendientes que son “nuevas” formas de mantener nuestra memoria viva y el legado de nuestra ancestralidad. 


C/N - La primera vez que leímos sobre el anecdótico proyecto de Cabaret de la raza en Salvador de Bahía, pensamos en la importancia que tenía el teatro documental para funcionar como un registro, como un archivo de las contramemorias, como un dispositivo de recuperación de las historias afro-atlánticas en el contexto brasileño. Tuvimos la oportunidad de conocer hace poco de su maravilloso proyecto de teatro documental Afroargentinas, cuéntenos un poco la historia del proyecto, ¿como se desarrolló, como ha sido recibido, que conversaciones ha activado en el contexto argentino? 


AF - Frente al escenario de una Argentina históricamente construida como blanca y europea, y ante la presencia históricamente negada de la comunidad afroargentina, surgió -de quien fuera la primera directora de la obra- la idea de aportar a la visibilización de las historias negras argentinas a través del teatro. Fue así que junto con una compañera afroargentina convocaron a Florencia Gomes, afroargentina descendiente de migrantes de las islas de Cabo Verde, con la idea de crear una obra de teatro documental sobre y con personas afroargentinas.  Como la idea radicaba en la representatividad y visibilidad de la comunidad afroargentina, era necesaria la presencia de personas afroargentinas de diferentes orígenes. Así es como se decide convocar a Jesica Lamadrid, afroargentina descendiente de esclavizados en territorio argentino. Teniendo en nuestras manos una propuesta antirracista, que contaría historias en primera persona, pensamos en la necesidad de coherencia a la hora de la conformación del equipo. Confiando en su desarrollo artístico,  llamamos a Lina Lasso para que formara parte de la asistencia de dirección de la Obra.

El proceso desde el inicio hasta su estreno duró aproximadamente 3 años, iniciando en el año 2020 y atravesando la pandemia de por medio.  La obra no era una obra meramente de ficción: la conceptualizamos como una obra de teatro documental, y para ello iba a ser necesario pasar por el cuerpo nuestras historias, revivir nuestras anécdotas, nuestra infancia y nuestro crecimiento como personas negras en una Argentina absolutamente negacionista de su historia afroargentina. 

El proceso implicó horas y por lo menos 2 años de investigación: de historias ocultas de nuestras familias, de historias que hasta el momento no habían sido compartidas entre nosotras, mucho menos en público. Implicó un trabajo de registros y de archivos familiares, nuestro acervo ancestral. Fotos, audios, cartas, anécdotas, entrevistas. Y en la parte de “anécdotas” nos detuvimos un momento. Se requirió de tiempo para poder compartir entre nosotras nuestras historias de orgullo en el seno íntimo de nuestras familias pero muchas veces de vergüenza para el afuera. Revivir aquellas experiencias poco felices de nuestras infancias por momentos requirieron de pausas. Pausas para procesar y hacer conscientes lo que hasta el momento solo eran “simples anécdotas”, muchas de ellas contadas por primera vez allí, en un ensayo. Fue y sigue siendo un proceso maravilloso de liberación, de sanación, de expansión, de construcción de memoria y orgullo negro afroargentino.

En medio de funciones donde semana a semana íbamos tomando mayor confianza en nosotras y en en nuestro trabajo, nos presentamos a una convocatoria del Ministerio de Cultura de nivel nacional llamada “Gestionar Futuro” donde fuimos seleccionadas con nuestro proyecto de residencia artística llamado “ Afroargentinidad, antirracismo y artes escénicas” en el que participaron 12 personas afrodescendientes dedicadas a distintas disciplinas artísticas y cuyo producto no solo fue su obra individual artística sino la creación de un colectivo al que denominamos “Nigromantes”

Esta construcción afrocentrada que ahora somos Florencia, Jesica, Lina y Naiara nos permitió crecer como artistas y activistas, potenciarnos en la creación escénica y ampliar la visión sobre este proyecto que nunca fue solo una obra de teatro, es documental, narrado por sus protagonistas, enriquecido por la sumatoria de experiencias que interactúan con nosotras y con los archivos de nuestras familias. Es construcción, memoria, resistencia, presencia y orgullo. Es una obra que interpela a distintos actores de la sociedad: a la comunidad afroargentina, por supuesto, en el reconocimiento de historias similares, comunes.  Y de manera general es una obra que interpela a la comunidad afrodescendiente en general, migrantes, residentes, afrodiaspóricos, personas indígenas, en aquellas historias donde se explicita la experiencia de transitar las calles argentinas siendo personas negras/racializadas. Y también interpela a la comunidad no afrodescendiente, específicamente personas blanco-mestizas por la forma de nuestro relato que es desde la verdad, desde la práctica testimonial,  desde la experiencia en la escuela, en la calle donde experimentamos el uso racista y naturalizado del lenguaje, y donde invitamos a la reflexión y al proceso de desaprendizaje. Porque consideramos el teatro documental una herramienta poderosa,  eficiente para el activismo antirracista, un dispositivo poderoso para lucha contra la desmemoria, que permite el  ejercicio colectivo de desaprender para re-aprender y construir más diversas y completas historias. 


C/N -  Un aspecto fundamental en Afroargentinas, es que a partir de un ejercicio autocartográfico en primera persona se profundiza en un macro relato histórico, como lo es la experiencia afrodiaspórica en Argentina. ¿De qué manera los ejercicios autocartográficos en primera persona, eso que Conceicao Evaristo llama las escrivivencias, pueden ser dispositivos de recuperación, activación de memoria histórica colectiva, registros de habla, presencias, contrahistorias, formas de rehistorización frente al régimen de silencio de los archivos coloniales, y la construcción colonial y racista de la identidad nacional, en este caso del proyecto de la argentinidad?


AF - Los archivos cartográficos SON dispositivos de recuperación y reconstrucción de la memoria negra argentina. Han existido registros, narrativas y archivos que han sido alterados para afirmar la hegemonía blanca en nuestro país y crear este imaginario de estado-nación hasta el día de hoy, ya sea a nivel local, como en la construcción que se tiene de Argentina desde el extranjero. Frente a esos archivos existentes y falsos, han existido movimientos que se han encargado de investigar la presencia negra en nuestro país, ya sea de manera comunitaria, a través de los archivos y registros de familia, a través del activismo o desde la investigación académica. La existencia y resistencia de las personas afroargentinas es una prueba de esto, somos hijas de esa práctica de resistencia, de no ceder ante el régimen de olvido oficial del Estado. 

Como comunidades afroargentinas y de las diásporas africanas venimos de una historia fragmentada, dislocada, en la que autocartografiar nuestras memorias ancestrales se traduce en una práctica de autodescubrimiento, en un contexto donde siempre hemos sido narrados por palabras de otros, donde somos menos -o los menos- o no existimos más. Por ejemplo en la obra Afroargentinas, nos ponemos en este ejercicio autocartográfico donde investigar, seleccionar, yuxtaponer, co-crear y reescribir la historia en escena nos convierte en una fuente más de conocimiento, de activación de la memoria, de registro histórico. Somos protagonistas de nuestro relato, un relato propio y heredado que es compartido para su posteridad con otras personas a las cuales lo nuestro les puede servir para lo suyo y/o para la contranarrativa y disputa de los relatos históricos hegemónicos. 

Hablamos con nuestros mayores, recordamos con nuestras familias, registramos nuestras conversaciones, investigamos a otrxs autorxs, imaginamos múltiples posibilidades de pasados, combinamos lo propio con lo de otros, los ficcionalizamos como acto reparativo de nuestra historia. Esta activación de memoria e historia ancestral construye narrativas de manera multidireccional ante el mandato hegemónico de la “única historia". 


C/N -  Una característica que puede tener el teatro documental como dispositivo, es justamente ese vinculación comunitaria, a través de esa condición dialogante e interpelativa, testimonial, que recupera actos de habla en sujetxs a quienes históricamente el régimen de silenciamiento les borró su lugar de habla, ¿que espacios de mediación, pedagógicos, de imaginación política  y de diálogo consideran que puede brindar el teatro documental y en este caso el proyecto de Afroargentinas? Ven el proyecto en otro formato, en otro dispositivo?


AF - El teatro documental permite una cercanía entre quien relata y el espectador. Proximidad que se da por la veracidad de lo que se está narrando y como se esta narrando. La utilización de imágenes del archivo familiar ayuda y apoya el relato en primera persona y lo remarca. Este tipo de teatro brinda una plataforma de expresión, reflexionando sobre cómo las prácticas cotidianas y la vida misma son medios de expresión artística. Las reconoce como fuentes de conocimiento y material creativo, capaces de construir narrativas teatrales. Esto es importante, especialmente en el caso de personas afroargentinas y afrodescendientes que han sido históricamente silenciadas y disminuidas en la valoración de sus narrativas y arte. Es fundamental reclamar nuestra participación en este tipo de narrativas contemporáneas que nos mueven de los lugares históricamente designados para nosotros dentro de lo cultural, pero que realmente están ampliamente emparentadas con nuestras prácticas de narración oral y ritualidad. 

En Afroargentinas, tenemos las historias con sus protagonistas a escasos metros del público, el archivo familiar desplegado por el escenario. Algunas veces, los familiares de las protagonistas están sentados entre el público. Además de presentar archivos, Flor y Jes relatan experiencias de racismo que reflejan actitudes que algunos miembros de la audiencia pudieron haber realizado, tal vez por ignorancia, y estas son criticadas. Esto genera tensiones pero a la vez acerca el conocimiento, no sólo de acontecimientos históricos sino porque también induce a la reflexión personal y política desde el lugar de cada espectador, ya sean afrodescendientes, afroargentinos, personas blancas argentinas o extranjeras.  Hemos presentado la obra en teatros, en espacios oficiales como el Congreso de la Nación Argentina y en escuelas. Y en todos esos espacios se generan estos diálogos diferentes, ricos y constructivos. En cada intercambio, con nuestro arte hacemos política de persona a persona, de espacio en espacio, transformándonos junto con nuestra audiencia en un pequeño momento que puede contribuir a mejorar las experiencias de algunas personas negras en el futuro. A eso apostamos, a inspirar a un cambio social y promover entre todos y para todos un futuro, digamos alternativo.

El caso del Congreso es parte de ese “espacio de imaginación política” primeramente porque estar allí ya era un acto político y hasta futurista…¿Quién iba a pensar que íbamos a estar presentando una obra que trata sobre la afroargentinidad y su historia de borramiento en ese lugar emblemático, sumamente blanco y frente al cuadro de la llamada “Campaña al Desierto”? Y también porque fue en el marco de la primera asamblea nacional de mujeres negras de Argentina, donde se trató y cuestionó el lugar de nuestra comunidad en espacios políticos, la obra como dispositivo abrió la posibilidad de soñar y concretar esa futuridad antirracista; mujeres negras políticas, legisladoras, diputadas.

También hemos ido a escuelas y adaptado el material a diferentes edades para tener un diálogo directo con las infancias. Hemos acercado la obra como material pedagógico a estos espacios porque además de la falta de la historia afroargentina en las curriculas escolares (muchas veces contamos solo con la voluntad de algún docente de enseñar el tema), en este ámbito puede vivirse por primera vez la experiencia de racismo, ya sea por parte de niños que solamente reproducen lo que ven en sus casas o en medios, o por docentes o autoridades de la institución que desinforman. La respuesta de los niños siempre ha sido emotiva al tener en su presencia a las protagonistas. También son los primeros en pronunciarse a viva voz en medio de la función si algo de lo que se relata es racista. 

Otra particularidad de la obra es su capacidad de adaptación, y una de esas ramas es la instalativa. A lo largo de la obra vamos armando un altar que sale del mapa que recorremos. Al final, este altar queda a la vista para que las personas lo recorran, toquen, generen un intercambio, diálogo y espacio de encuentro. 

Ya después de un año de presentaciones hemos pensado distintos formatos que la obra puede seguir, también por lo importante de su alcance a mayores audiencias. Filmamos un vídeo de la obra para mejorar el transporte del material, ahora estamos en la etapa de edición. Planeamos su subtitulación a diferentes idiomas para mejorar la accesibilidad y alcance. Esto nos permitiría que llegue a audiencias internacionales, sobre todo porque el discurso sobre la Argentina blanca resuena a nivel mundial, no es solo un problema local. Ahora soñamos con hacer un libro o un sitio web dónde videos, audios, escritos, archivos familiares puedan estar disponibles para quien quiera consultarlos. Son sueños por ahora, nos queda mucho trabajo por hacer y experimentar. 


C/N -  Hablar de la memoria histórica en los contextos post dictadura militar tiene en la actualidad una dimensión institucional, se ha vuelto en muchos contextos un patrimonio ideológico del Estado, que no necesariamente ha sido reparativo, redistributivo, ni garantiza agenciamiento histórico a las víctimas de la violencia, el desplazamiento, la persecución, el borramiento y los latrocinios racistas y coloniales sea esto con gobiernos de derecha o incluso con la misma izquierda. Recuerdo mucho una conversación con la colectiva afrouruguaya, llamada Volver a mi Barrio, que mencionaba como en la patrimonialización de la memoria histórica post dictadura la comunidad afrouruguaya no se incluyó como sujeta histórica, ni como víctima, ni como sujeta de reparación, aun cuando durante la dictadura se conquistaron proyectos de “reubicación” despojo territorial y persecución violentisimos sobre la comunidad. Si bien en las administraciones de izquierda ha sido una lucha incansable la disputa por la memoria histórica, y el reconocimiento de la comunidad afroargentina, ¿como se perfila el escenario actual frente al dramático proceso de ultraderechización y conservadurismo de la actual administración, frente a qué riesgos, retrocesos se enfrenta la comunidad afroargentina de cara a la administración de Javier Milei?


AF - Argentina es pionera en materia de Derechos Humanos y esto es reconocido de manera internacional, principalmente por el largo trabajo de Memoria, Verdad y Justicia que ha sido iniciado por las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo hace más de 4 décadas. Y esa herencia de lucha, como argentinas y residentes la hemos tomado, es innegable. Sentimos un fuerte lazo con este reclamo con el que encontramos similitudes al proceso de la esclavitud que secuestró a nuestros ancestros de su continente. Esta conexión con el pasado, la resistencia hace que todavía a pesar de las generaciones sintamos a ese continente también un poco el nuestro en un reclamo de memoria verdad y justicia que aún no ha sido reparado. Este movimiento social de abuelas, madres e hijos por los derechos humanos es una herramienta y un ejemplo invaluable. 

Nos toca habitar la contradicción y la simultaneidad de experiencias como afroargentinas: nuestro país, al mismo tiempo siempre estuvo marcado por la desmemoria hacia la comunidad negra/afrodescendiente/afroargentina que ha sufrido también estos procesos de horror en la última dictadura eclesiástica cívico militar. 

Es controversial para nosotras mismas como afroargentinas en el sentido de que Argentina nos ha enseñado a luchar por esta causa, sin embargo, al mismo tiempo nos hacemos la pregunta ¿Qué memorias son las que importan? ¿Qué memorias son “dignas” de ser reconstruidas y jamás olvidadas? ¿Cuál es la verdad que legitima la sociedad? ¿Quienes son sujetos de derecho y justicia? ¿El tráfico de 15 millones de personas esclavizadas no es un crimen de lesa humanidad? ¿Cuántas víctimas de gatillo fácil son necesarias para que se lleve a cabo una política pública que “reeduque” a las fuerzas de control?

En nuestras comunidades y a modo de Kilombo y resistencia desde hace 5 siglos hemos venido haciendo este trabajo de preservación a través la transmisión oral, de los cantos, del tambor creando nuevos modos de comunicación, un código akilombado que nos permitió mantener un poco de ese territorio del que nos arrancaron y la construcción que se hizo durante todo el tiempo que duró el proceso esclavista y hasta la actualidad con las poblaciones de los territorios donde fuimos llevadxs, despojadxs, que también son nuestros y a los que pertenecemos. Nuestra existencia y militancia es reflejo de ello. 

El actual gobierno se define orgulloso “ultraderechista” cuestiona los juicios a las juntas, vuelve a implantar la teoría de los 2 demonios y pretende deslegitimar el reclamo por los crímenes de lesa humanidad. Esto significa efectivamente un retroceso muy duro para la comunidad toda, y en especial para los grupos vulnerados como son la comunidad afroargentina, afrodescendiente, africana e indígena que siguen siendo los grupos más afectados. Otra vez se cuestionan las formas de vida, de reclamo, y los estigmas que iniciaron y sostuvieron el proceso esclavista, vuelven a ser un tema a debatir. Estos derechos internacionales que son inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna de raza, sexo, nacionalidad, origen étnico, lengua, religión o cualquier otra condición se ponen en discusion y lxs niñxs que deberian estar en el colegio vuelven a la calle con la intención de garantizar un plato de comida en la mesa de su familia. El Presente y el futuro se ven particularmente perjudicados por este gobierno. Esas infancias que hoy se ven vulneradas en sus derechos serán la mano de obra barata que permitirá continuar con el enriquecimiento de los sectores que se mantienen en el poder. Desde su asunción, el gobierno de Miliei ha presentado e insistido con un DNU -Decreto de necesidad y urgencia- que sustituye y/o deroga más de 100 leyes y decretos que garantizan derechos. Fue rechazado por la cámara de Diputados y cambió de nombre pero no su intención, pues en este momento lo que se discute es la “Ley de bases” una propuesta que permite la transferencia de la renta de la sociedad empobrecida a los sectores económicos más privilegiados, lo que profundiza la brecha de desigualdad social y afecta directamente a las poblaciones afrodescendientes e indígenas. Los sectores económicos más favorecidos son los mismos círculos que toman las decisiones sobre el resto de las personas. 

La casta eclesiástica, cívico, militar se mantiene en el poder. 

Parece que el modelo de blanqueamiento sigue vigente, en los procesos militares desplazaron a las poblaciones afro que estaban ocupando los conventillos en el centro de la ciudad porteña, casas abandonadas por la oligarquía en los tiempos de la fiebre amarilla, hacia lugares mucho más alejados, limitando así su acceso a la educación de nivel superior, a la salud y sumando horas en el transporte público para llegar a sus trabajos que seguían concentrados en el lugar que los obligaron a abandonar, el centro turístico y más visible de la ciudad. 

Entre discursos negacionistas, anti LGBTIQ+, la “superioridad estética” y muchas otras aberraciones que promueven una violencia recrudecida, nos encontramos con una realidad en la que se está desmantelando el INADI - Instituto Nacional contra la discriminacion, la xenofobia y el racismo- desfinancian la educación y salud pública, liquan nuestros sueldos y proponen un retroceso en derechos laborales, nos cierran las vías de reclamo y reprimen nuestros cuerpos en la calle. Esto significa un mensaje directo, una amenaza a la integridad de aquellos cuerpos que escapan a la normativa hegemónica blanca y colonial. 

Nuestro reclamo es por memoria, verdad y justicia por los 30400 desaparecidos y por los 15 millones de africanos y africanas sometidos al proceso esclavista. Nuestro reclamo de reparación histórica es la garantía de políticas públicas que busquen equidad y justicia social por nuestros ancestros, por nuestra comunidad, por nosotrxs y por y para las nuevas generaciones. 

/ Afroargentinas la obra, estará de vuelta retomando funciones a mediados de Agosto del 2024. Para mas información pueden seguirles en Instagram en @afroargentinas.laobra /



1 Fuente: Reid George Andrews, Los afroargentinos de Buenos Aires

 2 Prueba piloto de afrodescendientes 2005 [instrumentos de recolección y apoyo al operativo] [Monografía]. -- Buenos Aires : UNTREF, [2005]. 

La comunidad afroargentina se puede explicar desde,por lo menos tres origenes diferentes: Las personas afroargentinas que descienden de personas que han sido esclavizadas en nuestro territorio durante el período colonial antes de la existencia de Argentina como Estado Nación; aquellos descendientes de las migraciones africanas de Cabo Verde del siglo XIX, y las migraciones de la década de los años 90 hasta la actualidad de países Africanos continentales como Senegal, Nigeria, SIerra Leona, Costa de Marfil, entre otras y las migraciones de personas afrodescendientes de países latinoamericanos y del Caribe. 


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Florencia Gomes.

Afroargentina descendiente de migrantes de las islas de Cabo Verde, Africa occidental.

Es arquitecta graduada en la Facultad de arquitectura, diseño y urbanismo de la Universidad de Buenos Aires (FADU), actríz  y co-productora en la obra de teatro documental “Afroargentinas”.

Productora y dj residente de Ebony Sunset, una fiesta/plataforma pensada por y para personas afrodescendientes en Argentina. 

Es activista antirracista e integrante del Área de género de la comisión 8 de noviembre, “día nacional de los afroargentinos y la cultura afro”(Ley 26.852), un grupo feminista antirracista de mujeres afrodescendientes.

Lina Lasso. 

Artista multidisciplinaria afrodiaspórica nacida en Colombia y residente en Argentina. Su labor se orienta a las artes escénicas, docencia de teatro, realización audiovisual y activismo antirracista. Integrante y directora escénica del Colectivo Nigromante y de la obra de teatro Afroargentinas. Co-fundadora de Kukily, colectivo internacional dedicado a obras multidisciplinarias y activismo antirracista. Formó parte del equipo realizador del documental María presente. Ganadora del premio Prince Claus Seed 2022.


Jesica Salinas Lamadrid.

 Afrodescendiente argentina de sexta generación registrada en este territorio. Se desarrolla como artivista decolonial, actriz y dramaturga de la obra de teatro documental “Afroargentinas”  Presidenta de Asociación Misibamba, comunidad afroargentina de Buenos Aires e integrante de la Red Federal afroargentina del tronco colonial y del "Colectivo Nigromantes" un espacio de creación y producción escénica antirracista. Enfermera y estudiante de la carrera de Gestión del arte y la cultura en UNTreF


Naiara Roque Ferreira

Artista afroargentina. Se desarrolla como actriz y activista antirracista en el "Colectivo Nigromante" y como asistente de dirección en la obra "Afroargentinas" actualmente cursa la carrera de licenciatura en actuación en la UNA.